A menudo agradecemos a los otros su presencia, su compañía, su cariño, su apoyo, su honestidad… sin embargo, se nos olvida agradecernos a nosotros mismos la fortaleza con la que enfrentamos y superamos circunstancias complejas.
¿Cuándo fue la última vez que te miraste al espejo y te sonreíste como le sonríes al mejor amigo o a la gente que te rodea, pensando o mencionando: «GRACIAS»?
¿Cuándo fue el más reciente auto-agradecimiento a ojos cerrados, pensando en todo lo que eres y todo lo que has hecho por ti mismo?
¿Con que frecuencia te abrazas y te dices gracias por ese apoyo, cariño, respeto, honestidad y compañía para contigo mismo?
Porque si eres una persona gentil y agradecida con los demás, pero no contigo… ¡aguas! Algo va mal… quizá eso no sea ni gratitud ni gentileza auténtica, sino sólo una pantalla y/o un método vano para buscar convencerte de lo que eres y lo que vales a través de alguien más.
¡Nunca es tarde para comenzar por agradecerte a ti mismo(a), hoy no es tarde para comenzar por ti!
Kenny Pineda
Debe estar conectado para enviar un comentario.